Siempre recomendamos estas sesiones a nuestras parejas, para que se quiten el miedo a la cámara. Pasamos una tarde divertida con ellos y nos conocemos un poquito mejor. Son sesiones de una o dos horas, en exterior, montaña, playa, urbano, cualquier lugar que nos guste! Es ideal para entrar en confianza con la cámara y el fotógrafo, así el día de la boda todo quedará mucho más natural.
Y si ya tenéis fotos del día de la boda, ¿para qué queréis hacer más fotos?
Estas fotos no son comparables a las que hacemos el día de la boda. Porque ese día captamos la ilusión y la emoción, el sentimiento y los nervios, pero no queremos que perdáis tiempo de poder disfrutar con vuestros invitados. Por eso hacemos estas sesiones de postboda, porque podemos jugar con la luz del atardecer, sin esas prisas, sin esos nervios. Podemos hacer que nuestras parejas vuelvan a revivir ese fugaz día, el día de su boda. Es una última oportunidad de veros de novios y de volver a emocionarnos juntos.